la resguarda en el cálido bolsillo de su abrigo
y aferra fuertemente su celular.
El día se siente bien,
el frío tolerable tiñe a la tarde de invierno
disfrazando esa externa primavera.
Su cuerpo no controla el movimiento,
baila, siente, exterioriza lo que percibe como paz.
Un asiento de cemento, un salto inesperado,
una tarde, una verja, dos zapatos.
¿no es lindo, a veces,
sentirse acariciado por la soledad?
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