jueves, 28 de febrero de 2013


(A)presión

No dejan de ser extraños
estos seres que me invaden

Pero otro tipo de extrañeza,
inevitablemente inexplicable

Aún así trataré de hacerlo
explayarme sobre lo que pienso

Seres cual garrapatas,
mosquitos y/o arañas

Que poseen sentimientos
que me repugnan

Seres que, en definitiva, no hacen
otra cosa que dejar un eritema

Y contribuyen a que te sientas
como alguien extraño



como ese ser extraño

sábado, 23 de febrero de 2013


Extraña conocida

La sequedad de sus tierras
rasgan mis pies sin llegar a dañarlos
pero sus nuevos hermanos, pronto,
suavizan mi planta con sus texturas,
acarician mis pies,
me acarician en un vaivén de locura.

El sol, rascándome la espalda,
me tiñe, sin mesura, de color bronceado
y sin dejar de pasar al viento
que me abraza con grandeza,
llega a los alvéolos y
vuelve con su impureza.

De pronto recuerdo mis labios
resecos, con asperezas
los baño con saliva
imaginando a aquella nativa
que siendo muy simple, siendo muy noble,
tiene ese don que me cautiva.

martes, 19 de febrero de 2013

II


NO HA EXPLOTADO


SIN EMBARGO

YA NO HAY RULOS



                   EN         NINGÚN 


LADO 

.                        

lunes, 18 de febrero de 2013


um-gio

Un té verde y dos medialunas saladas
me hace acordar a un instante
que ya no es;
breves recuerdos cercanos en el tiempo
pero, dentro, distantes.
Al fin y al cabo, me llevo a pensar que
quizá... sólo seamos seres,
Seres extraños como dice aquella canción
que no me logro hacer gustar.
No quiero simpatizar, seguir simpatizando,
tratar de simular ser algo simpática
Quiero SER y ser, y ser, y volver a RE SER
y no andar lamentándome por celos, dudas,
cariños o vaya a saber qué cosa ajena.
No quiero rogar por una foto
cuando debería ser un elogio
No quiero fanatizarme, obsesionarme
y, después, olvidarme
pero... bueno, es parte de mi ser
(extraño)

martes, 5 de febrero de 2013


9 fingers

Repentinamente se quedo absorta, inmóvil en el piso bordó de aquella casa inexistente. Miró sus pies y tocó su izquierdo, más sorprendida que asqueada, dedo por dedo.
Comenzó sintiendo el meñique, mirándolo detalladamente y así siguió uno por uno, con el total de nueve dedos izquierdos, dos más a medio crecer y algún cartílago descarado.
Temerosa miró su pie derecho, éste era normal pero... ¿cuándo había sucedido?¿de la noche a la mañana te crecen cuatro dedos y no te das cuenta?

-mamá -decía mientras caminaba rengueando
-mamá -¿dónde está mi mamá?
-mamá
-¿qué?
-vení conmigo
-¿qué?
-mamá tengo nueve dedos
- ...
-¿y qué son estos cordones que están metidos en mi piel?
-no te los desates
-¿pero cómo pueda ser que en veinte años no me haya dado cuenta de que tengo cuatro dedos de más?
-vos no te lo toques
-mi comprensiva mamá...

¿cómo puede ser?...¿podía ser?

Me despierto sobresaltada, cierro los ojos y trato de sentir cuántos tengo de verdad. No siento, no siento. Con rapidez tiro los acolchados, prendo la luz, mantengo la calma "solo fue un sueño" me repito desesperada, gloriosamente los mismos cinco dedos de siempre, ya pasó, ya pasó... aunque me sigo preguntando ¿cómo podía ser que en veinte años no me haya dado cuenta? y, quizás, después de pensarlo un rato, me daba cuenta cada día y al terminar simplemente lo olvidaba.


Quizás, después de todo, los nueve dedos de mi pie sólo fueron la excusa.

(preocupante... pero excusa en fin)

viernes, 1 de febrero de 2013

So...mbra

Por mal que me pesen estas palabras,
a veces quisiera olvidarme
de algunos sentidos
para poder sentir...

Realmente sentir:
sentirme a mi
y sentir en mi