viernes, 17 de febrero de 2012

St[ranger]

¿Qué sería de nosotros si tuviéramos que tener permisos para amar? No para casarse ni para vivir en pareja, no para besarse, simplemente: para amar.

 El amor es inverosímil, es irreal, es fantasioso, es perfecto mientras deja de serlo, es como una casa de chocolate, es un cuento, un sueño... el amor produce tantos buenos sentimientos en las personas que, incluso, llegan a desconocerse. El amor es cerrar los ojos, inhalar, exhalar, sonreír, el amor da vitalidad, da alegría, da sensaciones que no podes sentir de otra manera. ¿qué sería de nosotros si tuviéramos que tener permisos para amar?
Cierro los ojos e inhalo una gran cantidad de oxígeno, exhalo, los vuelvo a abrir, escribo y los cierro inconscientemente, suspirar pensando ¿qué sería de nosotros si...?

El pobre sería aún más pobre, el rico más rico, el amor dejaría de ser real y empezaría a ser controlado por la moneda corriente. Aunque lo que digo no va más allá de ésta realidad, imaginemos por un segundo qué sería del mundo, de la gente y, finalmente, del amor si estuviese controlado por permisos y condiciones a bases de reglas:

- no amar a un desconocido


- no amar a personas de distinto nivel económico


- no amar a más de una persona


- amar con pasión pero no con locura

¿qué sería de nosotros si...?

Quizás es una buena ocurrencia, no se desperdiciaría ese "amor" superfluo y, si bien sería a base de monedas, no sería esa moneda corriente a la que todos tienen acceso ilimitado.

A la gente, hoy en día, le cuesta más gastar plata que gastar ese "amor"... le cuesta más comprar una licuadora que decir 50 veces "te amo" sin sentirlo.

Y la gente (sí, soy parte de ese grupo) no valora lo que tuvo, lo que tiene y seguramente tampoco valorará lo que tendrá porque el amor es algo gratis, te llena y te vacía, te incita a bailar por las calles en las noches soleadas, a correr bajo un paraguas amarillo de 10 cm con lluvias y vientos de 140 kilómetros por hora, te hace hacer estupideces sin necesidad de arrepentirse o lamentarse...

Por eso a veces me pregunto ¿qué sería del mundo, del amor y de la gente si, para amar, tuviéramos que tener un permiso? si tuviésemos que ahorrar por el resto de nuestra vida, si tuviésemos que dar eso que TANTO nos cuesta, por lo que tanto trabajamos ¿seríamos más reales o elegiríamos ser escépticos?

¿qué sería de nosotros si...? Y, hoy, lo que pienso es que habría pocas personas en el mundo dispuestas a amar, los demás... y, lo demás no cambiaría en absoluto: habría chicos de 20 años diciendo que prefieren "vivir la vida" en lugar de darse cuenta que esa "vida" cada segundo es un poco más corta y que, en realidad, están cada vez más solos y desalmados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario