Acalla tus gritos, Juana -
le dijo su madre un día- y, desde esa mañana, Juana hizo un voto de silencio que rompió 25 años más tarde cuando lanzó un grito medio ahogado al ver a su hermano muriendo.
No lo creo, pensó para sus adentros
(y no fue capaz de saber si no creía haber roto su voto o tener a su hermano en el piso, desangrado, muerto)
La naturaleza a silenciado obligadamente a quien no quería escuchar. Es hora de hablar, otra vez...
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